RNE  31 MAYO
Josep Piqué • 24 horas - RNE • 31 de mayo de 2019

Josep Piqué: "Tenemos cuatro años de relativa estabilidad política".

SANDRA URDÍN: Estamos en un momento en el que hay muchísima actualidad política que comentar. Me gustaría empezar por el propio Partido Popular porque se está hablando mucho del cambio de estilo de Pablo Casado en la dirección del partido respecto a las anteriores direcciones, ¿cómo ha visto usted esta transición en el partido?

JOSEP PIQUÉ: Pues como un espectador, como un ciudadano más. Hace 12 años que abandoné la actividad política, pero no la política. Sigo apasionadamente y muy interesadamente todo lo que sucede, pero insisto, desde una perspectiva de ciudadano y, la verdad es que me gustaría trascender un poco la inmediata coyuntura. Estamos ante una recomposición de nuestro sistema de representación política que todavía no ha culminado, está en proceso. Es verdad que, dentro de lo que llamaríamos del bloque de las izquierdas, se ha producido un decantamiento que no era obvio hace apenas unos pocos años, pero creo que la hegemonía de nuevo del Partido Socialista está quedando clara. Por lo tanto, hay una recomposición de algo que muchos daban por fenecido, el bipartidismo que hemos conocido desde la transición, pero ese proceso todavía en fase, no diré incipiente, pero tampoco en fase terminal, en el campo de la derecha veremos cómo evoluciona. Yo creo que hay que darle tiempo al tiempo y esperar que las cosas maduren en su sentido natural. Creo que es tan prematuro hablar de consolidación como hablar de que hay que volver a reabrir la etapa. Ha salido un mapa electoral, después de las generales y de las municipales y autonómicas, en el que aún se está trabajando, veremos cuál es el resultado de los diferentes pactos posibles y, a partir de ahí, tenemos prácticamente 4 años por delante sin procesos electorales de carácter general. Va a haber, inevitablemente, elecciones en Cataluña y en Galicia, pero tenemos 4 años de relativa estabilidad política y ojalá eso sirva para que se asiente un sistema representación política que sea estable. La estabilidad y que acometamos las muchas cosas que este país todavía tiene pendientes es muy importante.

S.U.: Hablando de estabilidad, ¿qué le parece estas políticas de pactos a la andaluza con Ciudadanos y Vox¿ ¿cree que puede funcionar igual de bien en todas partes?

J.P.: Creo que depende. No se pueden demonizar, a priori, determinados planteamientos. La estabilidad requiere de renuncias y sacrificios y nadie está en disposición de imponer sus criterios porque no ha habido mayoría absoluta. Los españoles nos tenemos que acostumbrar a la transacción y, a mí eso no me parece mal. Sí que me parece mal que para esas transacciones se salten determinadas líneas rojas y, bajo mi punto de vista, la principal línea roja para la estabilidad de nuestro país y para la tranquilidad de sus ciudadanos, está en el cumplimiento estricto de la Constitución. Todo lo que se salga de ahí, no es admisible.

S.U.: Antes para cerrar el capítulo sobre el Partido Popular, hay muchos compañeros de partido, que compartieron gobierno con usted, que se han sentido apartados y ninguneados en esta nueva etapa. Me gustaría que me contara si ¿cree en los comienzos limpios, o en política hay que aprovechar más la experiencia y, hacia dónde cree usted que debería de ir al Partido Popular del siglo XXI?

J.P.: El examen te vale para el Partido Popular y para cualquier otra fuerza política. Inevitablemente hay que renovarse y, los de mi generación, pertenecemos al pasado. Yo les digo a mis antiguos colegas que se tienen que dar cuenta de que lo que hay que procurar es de ayudar y no de estorbar. Pero la renovación se puede hacer sin necesidad de marginar. La mejor renovación, y la más positiva, es siempre la que se hace sumando. Hay que cederles el protagonismo a los que vienen y hay que dar paso a los más jóvenes, que tienen el mismo derecho que tuvimos nosotros cuando éramos protagonistas del espacio político. Muchas veces oigo a algunos de mis antiguos compañeros decir que son muy jóvenes y yo les digo: pues tienen exactamente la misma edad que teníamos nosotros cuando entramos en el gobierno. Por lo tanto, vamos a ser coherentes todos.

S.U.: Es usted una de las personas que puede hablar con más conocimiento de causa de la vinculación Madrid- Barcelona. Estamos en plena formación del Ayuntamiento y me gustaría que nos diera su opinión de cómo ve la situación de uno y otro lado, porque dice usted que una Barcelona abierta al mundo no es posible ni con un alcalde independentista ni populista.

J.P.: Yo creo que la realidad nos lo demuestra. He visto que esa opinión generado muchas reacciones, en algunos casos, casi diría que, dialécticamente hablando, violentas. Pero me reitero cuando veo al candidato de Esquerra Republicana, que ha sido el primero en las elecciones, decir que va a poner la ciudad al servicio de un proyecto político que no es compartido por la mitad de los catalanes. Me parece que eso es reducir la ciudad de Barcelona, empequeñecerla, y Barcelona es la capital de Cataluña, pero es una gran ciudad española, y una gran ciudad mediterránea y, por lo tanto, su proyección va mucho más allá de las fronteras, más o menos inmediatas. Un de las grandes cosas que ha tenido España en su conjunto ha sido, precisamente, la imagen internacional de Barcelona y su proyección en cualquier lugar y eso hay que seguirlo aprovechando. Si queremos reducir Barcelona a ser mera capital de una hipotética Cataluña independiente que nunca va a existir, la estamos haciendo pequeña, y la estamos coartando en sus posibilidades y, creo que, es un profundísimo error. Pero lo mismo cabe decir respecto al populismo en sus diferentes manifestaciones, porque estamos hablando de un fenómeno diverso y cambia según los países y las circunstancias, pero suele recurrir a hipotéticas soluciones sencillas a temáticas muy complejas y, gestionar una ciudad como la ciudad como Barcelona y su área metropolitana, la presión de Barcelona es mucho más que el municipio en sentido estricto de la palabra, no requiere de medidas más o menos demagógicas y cortoplacistas, sino de una estrategia a largo plazo que pasa por buscar consensos básicos y conseguir la complicidad “del conjunto de la ciudadanía y de la sociedad civil barcelonesa”. Y, la experiencia que tenemos con la señora Colau, es que se ha gobernado dando la espalda a los ciudadanos de Barcelona y a su sociedad civil y, yo creo, que es ampliamente compartido el hecho de que la percepción que existe hoy de Barcelona es peor, si la comparamos con la que podía tener hace unos años y, a mí como barcelonés, me duele.

S.U.: ¿Por qué un mundo en el que cada vez tenemos más cultura, dejamos cada vez más espacio al populismo?

J.P.: Algo tenemos que ver los que hemos tenido responsabilidades políticas y los que las tienen en la actualidad. Creo que la respuesta de las democracias representativas, en las que yo creo profundamente, o de la propia economía de mercado basada en la iniciativa individual, que es un principio que yo comparto también plenamente, o las sociedades abiertas., como las definía Karl Popper, basadas en la libertad y la igualdad, son modelos que están por encima de cualquier otro. Pero hemos sido incapaces, por lo menos en cierta medida, de dar respuesta a problemas acuciantes que han tenido los ciudadanos en los últimos años y, en el caso de Europa, y por lo tanto incluyo a España, la crisis económica que sufrimos desde finales del año 2007 ha tenido efectos devastadores no solo desde el punto de vista económico y social, el desempleo, la marginación y la pobreza, sino también desde el punto de vista de la cohesión social. Todo ese proceso ha dejado muchos perdedores en el camino, perdedores que acaban identificando enemigos a los que abatir y, pensando que están abatiendo a esos amigos por sus problemas para tener solución en el corto plazo. En el caso del independentismo Catalán, España es el enemigo a abatir y, como si eso contribuyera a resolver algo. Pero, para los afectados por la crisis económica, la crítica a la globalización a la inmigración o a la revolución tecnológica también es un recurso fácil para decir que n pueden seguir, y es verdad en muchos casos. No pueden seguir el ritmo, por ejemplo, de la digitalización de nuestra sociedad, se han quedado en la cuneta y se sienten al margen y, por lo tanto, se revuelven y rebelan contra el sistema político y yo creo que eso explica, en buena medida, el populismo.

S.U.: Vamos a volver otra vez a bajar de las mieles teóricas a la tierra. Me ha quedado pendiente preguntarle cómo ve Madrid y si cree que será el Partido Popular quien finalmente gestione la ciudad.

J.P.: Parece el resultado lógico, creo que además va a haber un gobierno compartido con Ciudadanos y con el apoyo externo de Vox, eso es lo que yo creo que va a suceder pero, evidentemente, me puedo equivocar. Después de haber vivido muchas campañas electorales y muchos años en política, aunque dos terceras partes de mi vida profesional las haya dedicado al sector privado, yo no haría mucho caso al ruido existente porque vamos a seguir oyendo mucho hasta el día que se constituyan los ayuntamientos, que será a mediados de mes. Vamos a esperar, porque es, simplemente, tener un poco de paciencia.

S.U.: En esa carrera privada, ha sido usted presidente del Círculo de Economía de Cataluña y ha estado vinculado a él durante muchos años, ¿qué le parece la advertencia que le hizo ayer Juan José Brugera al president Torra y el hecho de que le pidiera que se dedique más al día a día y menos a pedir la independencia?

J.P.: Puro sentido común y la constatación de algo que, excepto para los más sectarios, resulta evidente. Tenemos un gobierno en la Generalitat y un presidente que no ejercen sus responsabilidades de gobierno y que están localizados en un mono tema que subordina cualquier acción de gobierno a su pretendido objetivo final y, mientras tanto, quienes sufren son los ciudadanos, las empresas, la prosperidad y la capacidad de generar riqueza y empleo. Y algo que añadió el presidente del Círculo, que es menos tangible a corto plazo pero que a mí me parece muy relevante, y es que no estamos hablando solo del PIB, que más o menos se mantiene porque en Cataluña hay un tejido de pequeña y mediana empresa normalmente rico que sostiene la economía, sino que hablamos de la capacidad de decisión, del poder económico y eso, en Cataluña, se está difuminando y es especialmente trágico en un mundo en el que esos juegos de poder son cada vez más evidentes. Nadie puede entender todo lo que pasa en la geopolítica mundial sin tener en cuenta la pugna por ejercer la hegemonía en términos de poder y, Cataluña, desde luego no es ajena a eso. Pero creo que pedirle ese tipo de reflexión a nuestros independentistas, es un esfuerzo inútil que sólo nos genera melancolía y espero que cuanto antes se les puede derrotar donde se les derrota en democracia, que es las urnas.

S.U.: Vamos a hablar de economía. Hoy abre las noticias, que una de las empresas que operan en España, Deliveroo, está en los tribunales por el tipo de contratos que tiene con sus trabajadores. ¿La nueva economía está destinada a ser decidida en los tribunales Señor Piqué?

J.P.: Espero que no. Creo que debe estar regulada adecuadamente y prevenir los abusos, sobre todo de posición dominante para evitar clarísimas injusticias. Yo reniego de todos aquellos modelos de negocio que se basan en situaciones que no son sostenibles en el medio plazo, y eso vale para grandes tecnológicas que basan su modelo en la utilización de una materia prima que no es de su propiedad, estoy hablando de los datos de las personas, o de modelos de negocio que se basan en una utilización torticera de las posibilidades legales que se derivan de la legislación laboral. Creo que hay que tratarlo con mucha seriedad y no puede ser que haya empresas que utilicen este tipo de mecanismos para para ganar dinero y cuota de mercado a expensas de los derechos fundamentales.

S.U.: Además de hablar de política y economía también puede hablar de muchísimas otras cosas porque escribió un libro que se llama El mundo que nos viene. Señor Piqué, ¿cómo es el mundo que nos viene?

J.P.: Mi buen amigo Alfredo Pérez Rubalcaba me decía: oye, te has equivocado en el título porque deberías haberlo titulado El mundo que se nos cae encima. Es cierto que en estos momentos es un mundo con unos componentes muy inquietantes, muy intranquilizadores, porque hay una enorme incertidumbre respecto a lo que vaya a suceder. Incluso los que vivimos de manera intensa el escenario geopolítico de la segunda mitad del siglo XX, el llamado mundo bipolar, la Guerra Fría, el equilibrio del terror, la destrucción mutua asegurada y todos los conceptos que solo con mencionarlos ya atemorizan. De alguna manera, estábamos en un mundo más predecible que el actual, con mayores dosis de certidumbre. Pasan muchas cosas pero al final era más interpretable y las reglas del juego estaban, de alguna manera, establecidas y ahora no. Estamos en una situación en la que las reglas no se respetan porque no sé comparten, y en un mundo en el que todo va mucho más vertiginoso, como jamás había sucedido en toda la historia de la humanidad. Estamos viendo muy rápidamente la reemergencia de un nuevo poder en el que China, que tiene la ambición de ser el gran poder local de este siglo en el planeta, está utilizando una estrategia multidireccional encaminada a sustituir a Estados Unidos como gran superpotencia global. Pero lo más importante, es que lo hace con unos criterios morales, éticos y con una jerarquía de valores que no es la nuestra y, a mí eso, cada día que pasa, me preocupa más. En el fondo tiene mucho que ver con ello las consecuencias de la revolución tecnológica. Los optimistas, y yo siempre me integrado en esa categoría aunque a veces tengo muchas dudas, pensábamos que Internet iba a ser un instrumento de libertad pero hoy tengo dudas de que sea así. Me temo que puede ser un instrumento de dominación.

S.U.: ¿A qué cree que los españoles tenemos que estar más atentos, o qué que nos debe preocupar más, Donald Trump o el Brexit ahora mismo?

J.P.: De forma muy inmediata, el Brexit, lo tenemos muy cerca. Tampoco sabemos cómo va a ser, no lo saben ni los británicos y este es uno de los problemas que tenemos. Sabemos lo que no quieren pero aún no hemos sido capaces de que nos expliquen lo que quieren. Yo creo que, de manera mucho más amplia, el cambio de actitud de Estados Unidos abandonando el multilateralismo, abrazando la bilateralidad y el argumento del uso de la fuerza, de la imposición de sanciones de aranceles, el abandono del liderazgo del mundo occidental y de la defensa de sus valores, el alejamiento de los socios, el debilitamiento del vínculo Atlántico qué es lo que ha permitido la solidez de Occidente y ganar la guerra fría. Todo eso tiene consecuencias de una magnitud extraordinaria. De ahí la gran responsabilidad de Europa, porque en un momento en que hay un repliegue del mundo anglosajón, tanto del Reino Unido como de como Estados Unidos, Europa es la región del mundo con mayor capacidad para defender los llamados valores de occidente y establecer alianzas. Ojalá se puede recomponer con Estados Unidos en algún momento, pero tenemos que estrechar nuestra relación con América Latina sin ninguna duda, la mayoría de la región, con las excepciones trágicas que conocemos, piensa igual que nosotros respecto a cómo se debe organizar la sociedad, la economía y el régimen político. Por lo tanto, debemos continuar estrechando relaciones con los países con los que compartimos todos estos valores, aunque no sean occidentales geográficamente, como pueden ser Japón, Corea del sur, Australia y Nueva Zelanda, incluso la mayor democracia del mundo, con todos sus matices, que es India.

S.U.: ¿Cómo es el mundo que le viene a Josep Piqué? Porque, como dijo usted antes “a su edad” no para de tener proyectos

J.P.: Estoy convencido, es lo que me enseñaron mis padres, de que para mantener el tono vital y seguir sintiéndose joven, lo más importante es la curiosidad y, por lo tanto, la vocación de aprender y ensar que el que uno crea que ya no hace falta estudiar, que no hace falta aprender porque uno ya sabe suficiente de un determinado tema, es el día en el que uno empieza a morir.

*Imagen de archivo de RNE